En el cristianismo medieval, el término ángel hace referencia a la categoría más inferior de las nueve en que tradicionalmente se dividen los seres angélicos. La rama de la teología que se ocupa de los ángeles se denomina angelología.
Otro punto de vista dice que un ángel es un ser material, ya que no hay nada inmaterial, ni siquiera la luz es inmaterial.
Como religión emparentada estrechamente con el cristianismo y el judaísmo, en el Islam también existe la creencia en los ángeles, que en lengua árabe reciben el nombre de ملاك, malāk (plural ملائكة, malā’ika), de la misma raíz que el hebreo מלאך, malākh o malāj.
La creencia en los ángeles es tradición en el islam, empezando por el que, según la tradición, fue el jefe de los ángeles, Yibril o Yibrail (Gabriel), quien se dirigió a Mahoma en nombre de Dios para dictarle su revelación, el Corán.
El Islam (como en el Cristianismo) concibe a los ángeles como seres creados de luz y dedicados totalmente al servicio de Dios, por cuyo mandato realizan determinadas tareas, como introducir el alma en el cuerpo de los neonatos, recoger el alma de los que mueren, registrar determinados hechos de la vida o servir de mensajeros divinos. Como ejemplo de esto último, además de la revelación hecha a Mahoma y a los profetas anteriores por Gabriel, está la anunciación a Maryam Bint Dawud (la virgen María).
Tanto en el islam como en el cristianismo, los ángeles, al contrario que los seres humanos, no comen ni procrean, no están dotados de libre albedrío y no pueden cometer pecados. Pueden adoptar apariencia humana y generalmente se les describe como seres extraordinariamente bellos que poseen varios pares de alas, aunque pictóricamente se les suele representar con un único par.
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